La Pandemia llamada COVID-19.

Estamos frente a un hecho sin precedentes en la Salud Pública, como nunca antes la atención mundial esta en una enfermedad "nueva" cuyas consecuencias sanitarias y económicas recién serán calculadas "dentro de un tiempo" que hasta ahora parece incierto. Se trata de un virus de estructura "muy simple" cuyo número de infectados crece exponencialmente a medida que pasan los días, un virus que te lleva las estadísticas al límite rompiendo todos los modelos de proyección existentes, un virus que se decía que no tenia una tasa de mortalidad mayor al 10% y que se trataba de una simple infección viral respiratoria como cualquier otra. Enorme y grave error que llevaron a muchos países al colapso de sus sistemas sanitarios en pocas semanas, hundiendo la esperanza y el espíritu de sus autoridades, siendo injusto con los más vulnerables y poniendo a prueba hasta el corazón más duro e incrédulo.

Si bien es cierto que la mortalidad no es elevada, pero lo compensa con la cantidad y la letalidad en ciertos grupos etáreos, no es lo mismo decir el 5% de mortalidad de 100 000 casos de una enfermedad a decir el 5% de mortalidad de 1 000 000 de casos, ni tampoco decir que el 50% de pacientes mayores de 80 años con cuadro grave fallecen, eso es lo que hace el virus.

Aún parece lejano el día que volveremos a la "normalidad", una normalidad donde teníamos un sistema de salud en crisis, colapsado todo el tiempo, sin presupuesto y personal descontento con el Estado y que trabajo por amor a su profesión, pagamos ahora la factura de tener como estrellas a fútbolistas, artistas o políticos, descuidando algo tan básico como la salud.

Este virus nos ha dejado una enseñanza de que estamos en el camino equivocado, estamos con una dirección equivocada que nos llevará a la "extinción" en manos del propio hombre, el mundo nos ha lanzado una advertencia "BASTA YA!" de tantos excesos sin pensar en las consecuencias.

Estamos advertidos, tal vez la próxima vez sea una mutación de otro virus más mortal, tenemos tiempo para replantear nuestras prioridades.

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